luz y temperatura

Esta planta es más resistente de lo que parece, pero si se quiere disfrutar de toda su belleza, se debe mimar un poquito. Aunque puede sobrevivir en los rincones más oscuros de casa, es recomendable que le toque el sol de manera indirecta, ya que así crecerá con todo su esplendor sin riesgo que sus hojas y flores se quemen. ¡Y justo eso es lo que interesa! El Espatifilio es una loca amante de los climas cálidos. Es por eso que se debe ubicar en un espacio que esté entre los 16º C y 21º C, para que se sienta como en casa (solo le faltaría un zumito en un coco, con una pajita y una sombrilla, y ya ni notaria la diferencia).

riego, abonado y trasplante

El Espatifilo es como ese amigo que come sin parar y sigue estando bien esbelto, solo que en vez de comida, es con agua. Se debe regar frecuentemente para mantener el sustrato siempre húmedo, sobre todo en los meses de más calor. ¡Con cuidado de no ahogarla, por supuesto! Al tratarse de una planta tropical, agradece un montón si de vez en cuando se pulveriza un poquito de agua. Para que la flor luzca bien preciosa, es recomendable que durante la temporada de calor se abone cada quince días. Al ser una planta tropical se debe trasplantar cuando se siente más cómoda: con la llegada del buen tiempo. Así pues, cuando uno se empieza a quitar los abrigos, es la mejor época para trasplantarla. Personalmente, recomiendo hacerlo una vez al año.

enfermedades y plagas

Parece que hay quien tiene envidia de la belleza de esta planta y decide ir a por ella… La araña roja, los ácaros, el pulgón, la mosca blanca o los hongos, son algunos de sus enemigos más comunes. Pero no hay ningún bichito que resista al remedio milagroso de mi abuela: rociarla con una mezcla de cebolla, ajo, alcohol y vinagre. ¡Hasta la vista pequeños indeseables!

Anotaciones de Jordi

¡Menudo infarto me llevé! Un día llegando a casa de mi abuela vi que la flor del Espatifilo se había vuelto verde. Aunque esta era igual de bonita que la flor blanca, me llevé un buen susto por el cambio de color inesperado. Al principio pensé que mi abuela, en un ataque de aburrimiento, la había pintado. Pero antes de pedirle explicaciones investigué un poco, y descubrí que este cambio de color es normal cuando la flor se poliniza y está en proceso de maduración. ¡Qué curioso! Viendo su larga y hermosa flor blanca en contraste con el cielo azul, me hace pensar indudablemente en la bandera de Honduras. En su honor, voy a llamarla así.