luz y temperatura

Para empezar a entender al Aloe Vera es necesario conocer su amor por la luz solar. Es muy feliz cuando está ubicada en un sitio donde le toca el sol, sea en el interior o exterior. Si hay dudas sobre si le está incidiendo demasiado solo hace falta mirar sus hojas, ya que si se están volviendo marrones, es que la luz es demasiado directa (como cuando uno va a la playa y se empieza a poner como una gamba; vale más retirarse a tiempo). Como comentaba, es una planta ideal para interior y exterior, ya que puede aguantar temperaturas de incluso 0º C. ¡Si es que además de los beneficios, todo son facilidades!

riego, abonado y trasplante

Una de las cosas que más me sorprendió de esta planta fue su frecuencia de riego. Solo se debe regar cuando el sustrato esté completamente seco. ¡Así de fácil! Pero cuidado, si hay un exceso de agua se empezaran a distinguir signos de podredura. ¡Y con los pinchitos que tiene parecerá salida de una película de terror! Un abono natural es lo que más agradece, sobre todo si se le añade durante la primavera o verano. Como en la mayoría de plantas, el mejor momento para trasplantarla es en primavera. El Aloe Vera solo pone una condición: que no se la trasplante hasta que sea mayor. Y eso quiere decir esperar hasta que tenga entre dos y cinco años. Ideal para aquellos que viven en las nubes y dejan las plantas un poco de lado.

enfermedades y plagas

No es una planta que se caracterice por tener muchas enfermedades más que las comunes. Así que si se mantiene en unas buenas condiciones no debería pasarle nada raro.

Anotaciones de Jordi

Tengo unos conocidos que escribieron un artículo sobre las propiedades del Aloe Vera, y la verdad que me pareció superinteresante todo lo que se puede hacer con ella. Desde tratamientos de belleza hasta cicatrización de heridas. ¡Qué maravilla! Con todas estas propiedades se ha convertido como en una amiga para mí, así que me tomaré la libertad de llamarle Aloe.